ANCILES
Eran últimos años 60 de mucho calor por cierto yo iba todos los días a este y otros pueblos a recoger leche y a la vez llevaba pienso pan y garrafones de vino descargaba unos y recogía leche, esto se transportaba en un furgón CHEBROLET O EN LAND ROVER corto con remolque, todo envuelto y a la vez y nadie decía nada si es hoy tendríamos que llevar tres coches y un taxi para hacer lo mismo y mejor, todos los días a la vez se transportaba gente tanto para los pueblos como para Riaño, un día llevé a Riaño al cojo de Ancíles hombre célebre y simpático, este señor tenía su pierna derecha de palo pero se movía como si no tuviera nada solo cada vez que tenía que hacer cualquier esfuerzo aunque fuera mínimo siempre “uupcoño” pues como iba diciendo este señor con la pata de palo al subir al coche se dio media vuelta y con un “uupcoño” se planto en el asiento como una persona normal pero se dejó parte de la pata fuera del coche por más vueltas que le dimos fue imposible porque era más largo el palo que la distancia del asiento adelante entonces se remangó el pantalón desató los correajes y la metió a la parte de atrás del coche y tira millas que hoy el astro no tiene piedad de nadie. Al astro sol le daba gracias porque él siempre procuraba estar a la sombra de la “cirolara” que él había plantado de pequeño y ahora le daba sombra mientras las gentes metían la hierba con el sol y desde el banco que estaba bajo el árbol cuando veía que quien purria la hierba al boquero andaba mal con la horca decía “uupcoño” para animarle. Cuando llegamos a Riaño cogió su palo puso curioso su cajoncillo y correas metió el tucón en el palo ató y de un salto como si tuviera pierna de verdad se puso de pie y “uupcoño” que el astro hoy no perdona y andando a ver a la villalona que tiene una medicina muy especial contra el astro, la villalona era una mujer muy curiosa y limpia y que su cantina se caracterizaba por la cuarta de cascos de avellana y cacahuete que tapizaba el suelo y allí con algún que otros compañeros se protegía del astro al que tanto cariño tenía decía que esa medicina le hacía persona sana. Me decía que era quinto de Franco y con Adolfo de Escaro pueblo también engullido por el agua del pantano los tres eran las patas de un banco este Adolfo también era cojo como él y decía que cuando ellos no estuvieran la España sería totalmente diferente tu lo verás me decía yo ya estaré de vacaciones.
EL MOLI
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