TERCERA HISTORIA F P
Según me cuenta Paco en sus historias, me dice que en el año 1959 salieron a cazar los tres compañeros de siempre Felipe Demetrio y Evelio eran tres amigos que siempre se juntaban para ir de caza pues en aquellos tiempos algo que se trajera para casa del monte bien venido, los tres eran buenos cazadores pero sobre todo Felipe que padecía una enfermedad desde pequeño pero con la escopeta era especial, una mañana fría de ese invierno al dar vista al monte vio que a lo lejos se veía un rastro sobre la nieve pero no se sabía de que era, sin gastar tiempo se llegó a casa quitó las madreñas y calzó las botas que entonces tenía. Con mucho disimulo paso por el pueblo y se metió por lo que antes era una vereda para subir al monte luego a dar vista al rastro. Llegado al mismo observo que era de un oso bajo enseguida al pueblo y aviso a los compañeros de fatigas !he visto el rastro de un jabalí se pusieron en camino los tres y cuando llegaron al alto de una collada comentaron los otros dos compañeros esto no es un jabalí es un oso dije jabalí para que os pusierais contentos y desde allí vieron que después bajaba dando rodeos hacia una gran mata de acebo, organizan la bajada y Demetrio y Evelio bajaron uno por cada lado de la valleja hasta llegar por bajo del acebo, Felipe se quedo arriba porque por allí tendría que salir el bicho
Cuando Felipe les hizo señas mandaron entrar al perro que llevaban, el oso salió por la nieve como un tiro el perro lo siguió pero de un manotazo se lo quitó de encima siguió subiendo el Vallejo y cuando lo tuvo a tiro lo tiró y bajó dando vueltas pero enseguida se levanto y subía derecho a Felipe este le espero y cuando estuvo cerca lo mató. El bicho pesaría cerca de cien kilos lo quitaron las tripas y entre los tres por cima de la nieve lo arrastraron hasta cerca de casa, era de noche y Felipe se llegó hasta casa y allí tenía un amigo que tenía un 600 le pregunto ¿puedes venir por un jabalí que he matado? Claro contestó el taxista, quito el asiento de atrás del coche y se fueron por él, el chofer no se bajo del coche y le cargaron los otros compañeros pero cuando llegaron a casa dijo si no es jabalí que es un oso tu calla y no digas nada. Después de pasar un tiempo y tener la piel bien seca y custodiada se la vendieron a Teodoro trapichante que compraba vendía cambiaba hacía de todo les pagó 5000 pesetas que en aquellos años era un dinero se lo repartieron y a seguir cazando para dar de comer a las familias.
Hasta donde llega el hambre de aquellos años 40 y de los 50 y los 60 que estos grandes cazadores solamente cazaban para comer y dar de comer a las familias y en este caso Felipe gran cazador que antes de llegar a la pista del oso le salió una liebre pero sabía que si la tiraba daba ruido y el oso se esfumaría pero si pensó, buena falta nos hace la liebre pero si conseguimos el oso será más conveniente, aun así cuando ya habían matado el oso pensó tenía que haber tirado a la liebre, este hombre la caza lo lleva dentro y seguro que cuando muera le dirá a la familia cuando me enterréis junto a mi tumba me ponéis la escopeta que me ha ayudado en la vida y gracias a ella he podido seguir viviendo.
Esto es lo que hizo Pedro Acero molinero de Cea que a la familia la dijo: cuando muera me ponéis la piedra del molino junto a mi tumba, efectivamente hace pocos días vi en la nueva crónica la piedra junto a su tumba, si alguien pasa por Cea que se acerque al cementerio si lo quiere ver, quien escribe esta historia conoció a Pedro y a su familia y dos hermanos míos trabajaron con él en el molino. Hoy ya ni el agua pasa para mover las piedras.
EL MOLI
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