Hace
muy pocos años y a consecuencia de un accidente, dos políticos coinciden en un
hospital y en la misma habitación. Después de varias operaciones que les
tuvieron que hacer y al cabo de algunos días empezaron a poder hablar. Uno de
ellos le tocó la cama de junto a la
ventana y este ya se podía mover un poco, el compañero no se podía mover, su
cuerpo siempre estaba estirado en la cama. Los primeros días los pasaron
hablando de sus familias : “-¿Cuántos hijos tienes? ¿ya saben que estás aquí?”.
En fin, enterándose el uno del otro de donde vivían y como les marchaba la vida.
El que no podía moverse tenía muchos dolores y se quejaba continuamente, el que
estaba en la ventana gracias a los hierros que las camas de los hospitales tienen se podía agarrar a
ellos y así se podía enterar algo de lo que pasaba fuera y le comentaba al
compañero que estaba viendo un rio muy grande donde se estaban bañando muchos
niños, que había barcas y que por las orillas paseaba cantidad de gente:
mayores y jóvenes, niños con bicicletas, y que cerca tenían un campo muy grande
verde y que estaban jugaban al futbol.
“-Unos
visten camiseta blanca con rayas verdes y zapatos amarillos con una raya roja.
Los del otro equipo visten camiseta amarilla y tienen estrellas moradas, sus
zapatos son blancos y con la puntera negra.” Todo se lo explicaba de tal manera
que su compañero casi podía ver los personajes y hasta el rio y las
barquichuelas, era tanto el interés que ponía para explicárselo que talmente
parecía que lo estaba viendo.
Así
pasaron varias semanas en el hospital, el
que no podía moverse todos los días le daba las gracias y le agradecía a su
compañero tanto el que le explicara tan bien las cosas que un día le dijo: “-
si algún día salimos de aquí yo te pagaré todo esto que tú estás haciendo por
mí” “-no no no, yo solo te explico lo que yo veo desde aquí y de esta manera
pasemos un poco el tiempo mejor los dos, que buena falta nos hace”. Hasta que
una mañana al compañero le extrañó que no le hubiera dicho nada, le llamó y no
contestó, llamó a la enfermera y cuando llegó pudo ver que había muerto. La
enfermera dio conocimiento y enseguida lo sacaron de la habitación, el
compañero lo sintió muchísimo porque ya no tenía quien le contara lo que pasaba fuera, tan pronto
volvió la enfermera la preguntó si le podía poner la cama junto a la ventana
para así poderse enterar de lo que pasaba fuera. La enfermera le dijo que sí, y
así fue se puso junto a la ventana y a pesar de sus dolores, como pudo y
agarrándose al hierro de la cama con muchísimo esfuerzo pudo estirar el
pescuezo y observó que solo se veían cantidad de bloques de pisos, balcones y
algunas ropas colgadas; entonces pensó que el amigo le había engañado y al entrar la enfermera la preguntó por qué el
compañero veía tantas cosas por la ventana y solo se ven pisos. Como el compañero le había llenado la
mente de cosas que no se veían la enfermera le contestó que él era ciego, con
la operación se había quedado ciego pero al verte con dolores él siempre tuvo
en su corazón que tu pasaras mejor el tiempo y con menos dolores. Él nunca pudo
ver los pisos ni los balcones ni las ropas, de lo que el trataba era de que tu
no sufrieras y que mientras hablabais te olvidaras un poco de los dolores y que el tiempo pasara para los dos y que
pronto pasara todo. Entonces pensó: “Nunca jamás volveré a la política para
hacer sufrir a las gentes que buena y honradamente ven las cosas desde ventanas
diferentes”.
MI OPINIÓN
La
política solo sirve para que algunos indecentes se hagan ricos sin escrúpulos con
los dineros, el trabajo, el sudor y todo lo que conlleva una vida, de una gran
mayoría que solo ansiamos el vivir en paz y en
armonía con todo el mundo. Más aún cuando llegamos a una cierta edad que
nuestras vidas que son los ríos que van a dar a la mar en este caso al
cementerio, están tocando a su fin y que
si hasta hoy no hemos podido llegar a la meta que todo ser humano pretende, al
menos vivamos nuestra vida con la ilusión de ver la luz del día siguiente y
cuando menos no tener dolores que es importantísimo.
EL MOLI
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