Porqué Escribo

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Feliciano  Villafañe  Martín: Nací en el entonces viejo molino de Quintanadiez  de la vega (Palencia) el 29 de Mayo de 1937, hoy en parte...

jueves, 25 de abril de 2019

VACACIONES MARILÓ

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Como en otras fechas y nada más que llegan las vacaciones ya sea semana santa, navidades o verano, tan pronto llega al pueblo me llama para charlar un rato. Este verano me contó que ya les puso en conocimiento a toda su familia, que se cogería unas vacaciones y que  no sabía lo que durarían pues cansa de estar en la casa atendiendo a toda la familia y los nietos. “-Quiero estar a mi aire sin preocupaciones, sin prisas, sin colas, sin andar apretada por la acera, sin ruidos de coches, ambulancias o helicópteros. Quiero salir de esta cárcel de la capital y llegarme al pueblo para sentir el aire, el rio, el monte, las tardes de verano cuando se pone el sol y nos sentamos para tomar el fresquillo de la tarde. Así que les dije: no sé el tiempo que estaré,  arreglaros como podáis.
Cuando llegué al pueblo, ya por la  tarde lo primero saludar a familiares y amigos, que nos entretuvieron un poco como es natural, por último pasé a saludar a mi vecina con la que tengo muy buena amistad, pues es quien se preocupa de cuidar mi casa por si tuviera algún problema. Ella se alegró mucho de vernos pero nosotros tanto y más de encontrarla tan bien. Después de charlar un poco, comentando los mayores pormenores nos despedimos, hasta mañana que si Dios quiere volveremos a vernos. Al salir por la puerta mi vecina no tuvo otra ocurrencia, excelente por cierto que regalarme unos huevos de sus gallinas que surcan el pueblo comiendo cantidad de bichos y escarbando en el abono, y me regaló también un exquisito chorizo y dijo en voz baja:  así de frescos y naturales no les come ningún ministro, cocínales con buen aceite y que  no sea girasol, mañana me cuentas. Así lo hice, llegué a casa y freí un par de huevos  para cada uno y tres rajitas de un chorizo preparado por ella, al saborear los huevos y el chorizo ahumado al estilo de pueblo se vuelven a recordar aquellos años de la niñez, aquellos años en los que solo nos llegaba el olor, y con él nos teníamos que conformar ya que no había más. Después de una pequeña tertulia que tuvimos nosotros, acerca de cómo encontramos el pueblo y las gentes nos fuimos a dormir, después del  calor que nos había pegado todo el  día…¡qué frescura en la cama!, qué silencio. Dejé la ventana un poco abierta para que entrara el fresco y a la vez pude notar que también entraba el olorcillo sincero de la hierba y las flores, solo siento el canto de un grillo y con él me quedo dormida.
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Por la mañana siento el canto de un gallo y al despertar pienso: pero si estoy de vacaciones.  El gallo sigue su canto y yo me aprovecho de su música porque no calla, una y otra vez, su quiquiriquí, son las seis y media no tengo prisa pero no quiero dormirme, quiero seguir escuchando lo que pasa fuera, y en esto, sobre el cable de la luz se posan unas golondrinas que con su repiqueteo me están llevando a los años de mi niñez, cuando nos llamaba mi padre y nos costaba tanto despertar, porque salía el ganado o teníamos que llevar el almuerzo a los segadores.  Ahora siento los tordos que vienen a visitar el viejo cerezal, se pelean y sus graznidos me llegan y casi llego a emocionarme pensando cuando tirábamos palos al cerezal para que cayeran las cerezas, y marchábamos corriendo para que no nos pescara el tío Manuel. Ya empieza a ser de día y me tengo que levantar pero lo a gustito que estoy… Mis adentros me dicen que siga escuchando estos sonidos que tanto recuerdan mi niñez, pero estoy de vacaciones, se oyen todos los bichos del pueblo: pardales, jilgueros y de lejos se siente el quejido de un perro ay ay ay ay, se conoce que se Ha metido en algún sitio que no le correspondía, ya todo en el pueblo es algarabía, me tengo que levantar porque también tengo que hacer mis labores, las que conlleva una casa; y tendré que salir a la tienda ver a mis amigas y amigos para cambiar de impresiones con ellos ya que este año será diferente de otros, ya que tenía que estar pendiente de todos, de ropas, lavado, cocina, este año voy a disfrutar de este corto tiempo de vacaciones que después de muchos años me voy a tomar. Ahora empezaré por  hacer la cocina, porque a mí me gusta guisoplear y hacer mis comidas a estilo de pueblo como me enseñó mi madre, y limpiaré la casa a la vez que hago la comida, y barreré el poco patio que tengo poner mis flores y tenerlo todo recogido y limpio, y dentro de unos días cuando ya esté situada con  todas las cosas en su sitio, prepararé unos sublimes torreznos de esos que no pueden comer los ilustres, porque les sube el colesterol  y te invitaré.”
 Entonces la contesté: “- Pues yo pondré el vino, que aún me queda algún reserva, porque una copita después de todo esto creo que no estará nada mal”, “-pues ya te avisaré para que vengas y pasar un rato porque tengo cantidad de cosas que contarte, y creo que sean de gran interés hasta luego.”              

                                                         EL  MOLI

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