SOBRESALTO EN EL AUTOBÚS

 

SOBRESALTO EN EL AUTOBÚS

En un día de verano, salió como de costumbre el autobusero Fernando desde Portilla de la reina hacia León recogiendo y dejando viajeros por los pueblos de su ruta y llevando a los chavales que se llegan a los colegios de Cistierna y que algunas veces se tiene que enfrentar a ellos ya que bajan a estudiar para aprender a andar por el mundo pero no saben respetar a las personas que viajan en el autobús, vuelvo al surco que la roja me ha hecho un lobo en la arada, como les decía llegó el conductor a León y cual no sería su sorpresa que la superioridad de la empresa ya le estaban esperando pues un autobús que tenía que llegar no se si por avería o enfermedad no llegó a la hora para seguir hasta Madrid, entonces este tuvo que coger otro autobús y llevar los viajeros a Madrid, un poco enfadado y después de rezar algún misterio se calmó y se puso al frente de la cola de viajeros que ya estaban esperando para subir al autobús, les pidió un poco de silencio y les explicó lo ocurrido, perdonen y no se asusten que seguiremos viaje según lo previsto, me llamo Fernando y si algo necesitan aquí estoy para atenderles en lo posible los que vayan a Moncloa pongan sus cosas a este lado y los que sigan a Méndez Álvaro al otro lado todos los viajeros pusieron sus cosas según lo dicho, subidos al autobús el conductor se dio una vuelta por alrededor del autobús para ver si todo estaba en orden subió a la cabina tocó la tecla y cerraron los portones de los lados, saliendo ya de León el conductor por el retrovisor observa las personas unos leen otros dormitan algunEs hacen manitas y otras estas son dos mujeres que ni se conocen ni nada de nada pero las ve en el asiento de su derecha que como triscan acaloradamente resultando que una de ellas tiene un hijo casado en un pueblo cercano al de la otra mujer y baya trasteo que me traen, calla , mira escucha tu ahora, perdona no, no es eso escucha mira que acciones con las manos que muecas el autobús sigue tragando asfalto pero en un área de descanso hacen una parada para estirar las piernas y tomar un café nuestras interlocutoras con la conversación apenas las dá tiempo para tomar el café es más importante la conversación que el café, vamos que nos vamos dice el conductor todo el mundo sube al autobús y ocupa su asiento de nuevo el autobús sigue ruta hasta el final las dos mujeres siguen con los evangelios nuestro chofereto piensa estas hoy arreglan la España decadente de dialogo llegando próximo Madrid se preguntan tu dónde vas yo a Moncloa y tu yo a Méndez Álvaro pero a mi me da igual porque allí tengo que coger un taxi pues me quedo aquí contigo, pasajeros, dijo el conductor recojan sus cosas por el lado que las cargaron cada cual recogió su maleta y andando y que entre gentes y coches está todo muy petado, la señora que tenía que seguir hasta Méndez Álvaro tenía la maleta en el lado contrario y para quedarse allí se metió en el bajo del autobús y intentó sacar la maleta para ese lado entre el tumulto de gentes y coches el conductor cuando vió que el autobús ya estaba listo subió dio la tecla y el portón se cerró nada más arrancar y en medio del caos de coches y gentes los pasajeros sienten gritos y golpes en el piso del autobús avisan al conductor pensando que podría ser algún atropello de personas y este paró el autobús y se oyeron los gritos y golpes que salían del bajo del autobús abrió el portón y salió la mujer que tenía que bajarse en Méndez Álvaro, pero usted no tenía que seguir hasta el final si pero me quería quedar aquí y por eso me metí para ver si podía sacar aquí la maleta perdón, perdón Fernando haciendo huso del freno del cuerpo humano se tragó rosario y calvario para sus adentros y contuvo su aliento unos segundos para serenarse de nuevo. ¿Se imagina amigo lector si esto le ocurre en vez de Madrid es en el alto del puerto de San Glorio o en el Pandetrave y a cielo abierto que manera de expandirse?

P D EN la palabra algunEs es así pues es lo que me han enseñado las nuevas ilustres mEnistras (ojo al dato)

EL MOLI