Porqué Escribo

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Feliciano  Villafañe  Martín: Nací en el entonces viejo molino de Quintanadiez  de la vega (Palencia) el 29 de Mayo de 1937, hoy en parte...

jueves, 31 de enero de 2019

MARILÓ, VISITA DE EMERGENCIA

Son últimos de 2018, primeros del año 2019 y después de estos días que hemos tenido de heladas de hasta 12º bajo 0, me llama Mariló como casi siempre que llega a Riaño y me dice: “como las heladas han sido tan fuertes pues he decidido llegarme para ver si tenía alguna avería en la casa. Te llamo para que cuando puedas bajes y charlamos un rato para contarte que además traigo otra cosa por la que me llego hasta aquí que luego te contaré, pues me tengo que marchar luego porque antes me obligaban los trabajos ahora me obligan los médicos, la tensión, el azúcar, el reuma, el úrico; en fin que de aquellos trabajos y aquellas penurias nos llegan estas loterías”. Cuando me llego a su casa, como siempre, buena  lumbre, mucha limpieza y el olorcillo que sale del pequeño pote de café que está al calor de aquellos tucos con sus brasas rojas en la hornacha. Aquel olorcillo abre las gustativas, nos saludamos como de costumbre y después de preguntarnos por nuestras familias y sin permiso ni protocolo de ninguna clase,  paso a sentarme en viejo escaño recuperado de la casa, de aquel entrañable Riaño, el escaño viejo y muy trabajado de sentadas y siestas pero cómodo bastante más que muchos de los sofás que se encuentran en muchas casas y que cuando te sientas te hundes el culo y quedas con las piernas para arriba.

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Entonces comienza a contarme ella: “Pues verás, aparte de venir por ver la casa también he venido para llevarme unas colchas y unos manteles que tengo bordados por mí, que es lo que hacíamos en aquellos tiempos durante todo el invierno. Yo, como muchas mujeres de esta montaña, bordamos cantidad de cosas y hoy nadie paga aquellos trabajos porque lo hacen las máquinas. No sé si mejor o peor pero yo no cambio ningún trabajo mío por uno de esos otros, lo tengo bordado sobre tela de lino sembrado, segado y metido a mojo 20 días. Se secaba y  se espadaba para quitarle la paja, se hilaba y luego se llevaba al telar que en todos los pueblos había para de aquella paja se había convertido en hilo y en los telares se hacían las telas. Yo ya te digo, tengo muchos trabajos hechos y conozco a muchas mujeres de aquellos tiempos que tienen como yo cantidad de bordados, pero si hoy lo quieren  vender nadie aprecia aquel trabajo de mujeres que se enseñaban unas a otras. Yo voy a llevar algunos de mis bordados para regalarlos a una señora que en aquellos tiempos que se pasaba tan mal me ayudó mucho, trabajé para ella y se portó muy bien conmigo y como nadie valora estos trabajos prefiero regalarlo a venderlo por un precio ridículo.
Me dicen unas amigas del pueblo de juntarnos todas y ponerlo a la venta, pero pienso que nadie pagará aquel lino y el trabajo puesto en esa tela. No sé qué decidiremos pero de venderlo barato prefiero regalarlo a quien sepa valorar ese trabajo”.
Así que con este agradable y sabroso café de pota, unas ricas pastas preparadas por ella y una copita de orujo me despido de esta afable mujer,  que si no tenemos ninguna  novedad no volverá hasta la primavera.
  Con un afectuoso saludo nos despedimos.


                                                         EL MOLI  

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