“Hola ¿Cómo estás?”, me preguntó Mariló al
encontrarme casualmente con ella,
“me voy a poner un poco de lumbre que
estoy heladita y después te contare una historia nueva que he aprendido andando
por tiendas y grandes sitios, date una vuelta y luego pasas por aquí que te
sorprenderá la historia”. Así fue, me di una vuelta y a continuación ya me
estaba esperando tan agradable y simpática como siempre, me mandó pasar y
ponerme cómodo al calor de aquella fogata de su lumbre con trébede caliente y
su cocina tan halladora. Empieza su comentario preguntándome: “ ¿sabes que los
huevos que compramos por las tiendas llevan un número alfanumérico de la
gallina?”. A lo que respondí “ pues en primer lugar casi no compro huevos y después
nunca me fijo en sus números. -Pues escucha que te contaré lo que oí a unas
mujeres que acababan de comprar unos cartones de huevos comentaban que en el
primer número indica el modo de cría de la gallina, el 3 indica que la gallina
se encuentra en jaula, esto la permite poner más huevos a la vez, tiene que
comer ciertos piensos compuestos para
las aves que tienen limitados sus movimientos. El 2 indica que están criadas en
suelo y en este caso las aves se mueven y comen de todo pero ponen menos y el 1
indica que son camperas, se crían en naves y pueden salir pero las tienen que
controlar y ver cuáles ponen. El 0 indica que son ecológicas y se rigen por
estrictos controles de calidad ecológica, incluida la alimentación que tiene
que ser casi casi todo ecológico y restringiendo el uso de medicamentos. A
continuación tenemos dos letras que nos
dicen de que sitio de la unión europea proceden y los otros números dicen de
que explotación ganadera son; provincia y municipio”. Cuando Mariló hizo un
descanso para ofrecerme un vinito y pude meter baza la pregunté :“¿Tu de cual
compras?. -Yo de los primeros que
encuentro porque creo que están todos preparados para la venta, con piensos,
medicinas y de más pero sí te digo una cosa; mientras yo venga al pueblo y
pueda comer un huevo de esas gallinas callejeras que comen todo lo que
encuentran por la calle y escarban en aboneras lo seguiré haciendo, aunque ya
sé que son peor que los de granja comprados en tiendas. Así mismo lo seguiré
haciendo con la leche, con la carne y con el pollo, mientras pueda seguiré
comiendo de lo de antes y al estilo de antes. Que estoy chapada a la antigua, lo sé, pero prefiero morir de un torzón de
pueblo a vivir sujeto a las leyes de tanto ilustre” Ya ves, sin querer de que
me enteré. Sin pensarlo, solo escuchar aquellas mujeres que forzosamente tenían
que alimentar a sus familias de todo producto que es de lo mejor que tiene el
mercado, en la capital no se puede hacer de otra manera. “ Mariló me voy que me
esperan en casa “
EL MOLI
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