Porqué Escribo

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Feliciano  Villafañe  Martín: Nací en el entonces viejo molino de Quintanadiez  de la vega (Palencia) el 29 de Mayo de 1937, hoy en parte...

jueves, 4 de agosto de 2022

DIA DE LA MADRE

 

En estos días en que se celebra el día de la madre pienso que ese día podía ser cualquiera de los 365 que tiene el año, hoy sería un buen día para celebrarlo para todas esas madres que fecundaron campos y cuerpos mullen pesebres con paja para alimentar los animales y lo mismo abrazan al niño que abrazan la hierba la leña las mieses nunca se arrugaron, madres que tuvieron cuadra con vacas ovejas cabras conejos gallinas y sobre todo el REY de la cuadra el gocho al cual se le atendía de la mejor manera posible (este hilo lo empalmaré luego en mi escrito) pero antes de entrar en la cuadra ya había atizado la lumbre antes de que se levantaran los rapaces para la escuela ya había dado de mamar al pequeño que después de la tripa llena se quedaría dormido y dejándole con mucho cariño en la cuna de fabricación casera y se quedaría dormido mientras ella o ellas atendían la cuadra en la cual tenían una taburete un caldero y unas lecheras soltaría el ternero para que mamara y por el otro lado se pondría la madre para engañar al ternero y sacaría leche para el desayuno de los niños los cuales ya tenían su desayuno preparado de antemano sopas de leche en cazolinas de barro y que estaban encima de la chapa del hogar o sobre la chapa de la económica si había y estaban calentitas y algunas veces pegadas al barro del cuenco con un sabor especial y de las cuales ya sabían cual era de cada uno la nueva es de Juan la quemada por estar muy cerca del fuego de Diego la estorroñada de Nila la de la pinta de Julio y así sucesivamente algunas veces a las tarteritas las tocaba una pizca de manteca era navidad corpus fiesta del pueblo y basta todas esas madres que solas ya que los maridos estaban en el campo en la mina en la guerra o en la Extremadura con las merinas y estos no regresaban a casa hasta la noche o en el caso de las merinas hasta la primavera ellas siempre se arreglaban para tenerlo todo preparado para cuando saliera el ganado o los niños a la escuela madres que con el balde en la cadera y el botijo en la mano se llegaban a la presa a lavar la ropa y los pañales de los niños que eran de quita y pon no había más y esos lavados eran continuos y permanentes con el agua casi siempre helada en su inventario tenían recipientes de chapa no había plástico unas latas para en el invierno escuchar la música de las goteras en la casa unas latas para agua para las gallinas unos cestos de mimbre viejos para las patatas uno más nuevo para la fruta, el azafate para llevar los huevos a la Santa un azafate más curioso y con una tela bordada por sus manos para la caridad trozos de pan que se daban a la salida de misa los domingos un canasto bajo la escalera lleno de lana donde alguna vez dormitaba el gato sin permiso y su castigo le costaba, la lana esperaba al invierno para aquellas manos lo tejieran y poder hacer el jersey para el niño una alacena con su bajilla 8-10—12 platos de porcelana llanos y hondos a la vez no había más una mosquera para conservar algo de carne y un cuenco para la nata unos tarros de miel de casa y un costurero también fabricado por ella o ellas con unos hilos para reparar los calcetines o pantalones algunas madres tenían horno y hacían su pan y sus pastas lo que ellas no sabían que la levadura que ponían era la verdadera masa madre lo que esas madres hacían que soltara y madurara toda su prole, en la misma hornera se encontraban unos varales algo torcidos por el peso de los chorizos y aquí quiero anudar el hilo que al empezar el escrito en el que hablaba del REY de la casa su majestad el gocho al que aquellas madres atendían de la mejor forma posible pues de él dependía hacer el alimento para el año entero de la familia y que llegando noviembre-diciembre se mataría y asistiría la familia para ayudar y si se daba bien pues los rapaces no asistirían a la escuela pero si empezaba la marea de los chavales pues todos a la escuela al llegar de la escuela ya se celebrara, día de la madre que desde muy pronto ya atienden a su prole y ahora lava y ordena cacharros sangre para las morcillas lavar las tripas en el rio hacer y cocer las morcillas preparar comida para todos y al siguiente día estazar picar y hacer los chorizos, día de la madre que prepara y hace adobo y meter lomo y chorizo en su olla de barro donde con la misma grasa del REY de la casa el gocho se conserva todo el año sin ningún conservante más y mientras tanto los chavales preguntan cada poco ¿Cuándo probamos el lomo? O como cuando la guerra decían los chavales abuela vamos a comer el lomo antes de que nos lo coman los falangistas cuantas batallas libraron sin que nadie advirtiera las balas cuantas lágrimas disimularían fingiendo quitarse las legañas cuantos trompicones en el monte para atropar la leña cuantos brazados de leña a la lumbre cuantos fríos y mojaduras del rocío de la mañana con las veceras en los pies que luego secarían a la lumbre en el monte o en la barra de la económica que algunas casas tenían aquellas mujeres de suspiros hondos y silencios largos solo alternaban trabajo y cansancio si miramos sus armarios de espejo al que casi nunca se miraban apenas colgaban alguna bata una chaqueta y un abrigo de lana para el invierno un vestido para la fiesta y el mismo para la navidad, en su hacer de cada día tenían unas madreñas para la cuadra y los días de lluvia unas alpargatas y unos zapatos. Con todo aquello poco que tenían fabricaron un mundo lleno de vida y algunas veces de injusticias si llegabas de lejos y traías un detalle mejor o peor siempre te decían para que me traéis nada si tengo de todo solo quiero veros a vosotros bien y con eso soy feliz, día de la madre aquella que después de criar los hijos fueron a la guerra o las minas y en ese día no tiene respuesta nadie la felicita preferiría que aunque fuera otro día cualquiera de todos los del año la felicitara ya se daba por contenta pero muchos no volvieron a felicitar a esa madre que en silencio sentada sobre la piedra y banco de la casa cosiendo el botón de la vieja chaqueta recuerda cuantas veces puso esa prenda como le sentaba y mientras pasa la aguja tira del pañuelo para secar las lágrimas que no la dejan ver el botón, en ese momento está viendo en su retina la persona está cerrando un agujero y la prenda está llena de lágrimas y la podía tirar a la basura porque ya nadie la usará pero la recogerá como recuerdo y con el mayor cariño la colgará del armario del espejo y la conservara mientras ella viva día de la madre cuando aquellas madres tan calladas tan inmensamente humildes tan en silencio se las fueron creciendo los años pasaron de ser un retazo de calma sentadas en el banco de piedra a la puerta de casa que sacaba calcetines de los niños o pantalones y en ratos repasaba aquellos rotos y en silencio y en sus interiores pensando su pasado sus fatigas y en ese devanar de la vida le llega el ingreso en el hospital y después de varios días con suerte ha salido bien y se llega a su armario de espejo para descolgar su bata que dejó con su chaqueta y su pañuelo cuando se fue y lo viste de nuevo para seguir en la brecha pero ya es tarde sus fuerzas flaquean quienes la atienden pueden ver que después de tantos años tantos hijos tantos trabajos en sus manos no se lleva nada solo dedos abultados por las enfermedades de los trabajos que aquí en la tierra dejaron, hoy solo las dedicamos un día cuando todos los días serian para ellas.

EL MOLI

























































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