Don Gumersindo Y su mujer Merche que vivían en un pueblo de esos que estos ilustres dicen “vaciaus” matrimonio ya mayor un poco pudientes dentro de los parámetros normales de todo los que vivimos en los pueblos, vivían felices también gracias al vecino Serafín que tenían al cual le encomendaban los trabajos más pesados, hombre soltero ya que los padres fallecieron y el quedó solo en la casa, tanto el matrimonio como Serafín se ayudaban mutuamente, en el año 2021 don Gumersindo que tenía unos animales para su consumo crió un cerdo para su casa y llegando el tiempo de matanza llamó a Serafín y se pusieron a la faena, todo preparado soltaron el gocho por el corral le pusieron un poco de grano en pequeño montón y cuando estaba tranquilo comiendo Serafín le dio golpe en la testa al estilo que dicen los ilustres y cayó inconsciente Serafín ya tenía muchos a cargo ya que muchos en el pueblo le llamaban para estos y otros menesteres, cogieron una escalera de mano le dieron media vuelta y entre los dos le pusieron encima del banco para sangrarle chamuscarle lavarle y sacar las tripas, una vez sacadas las tripas y limpio le colgaron hasta el día siguiente. A la mañana siguiente se presentó el matachín para empezar a estazár, ya don Gumersindo tenía preparada buena lumbre porque la mañana estaba bastante bajo cero, bajaron el gocho le pusieron sobre el banco y empezó sacando los lomillos y a continuación cada cosa para su lado las costillas para curar los lomos, panceta y así fue preparando y descuartizando el bicho, estaban hablando de cómo se preparaba cada cosa para luego hacer chorizos, mientras hablaban don Gumersindo tiró unos cuantos tasajos sobre las brasas del tuco de encina para analizarlo mientras seguía el dialogo les estaba llegando un olorcillo de la carne y sentían chisporroteo de los granos de la sal, el jefe cogió las tenazas y al estilo de pueblo fue sacando los tasajillos golpeando suavemente sobre el tuco para que se desprendieran las brasas y ceniza que estaban pegadas a ello lo puso sobre un plato que llevó la mujer y se pusieron a degustar aquel manjar de gocho casero, mientras comían aquellos pequeños trozos de carne a la brasa elevaron sus vasos de buen vino que el patrón tenía para ese día y brindaron porque la salud de ellos y el bienestar de los cerdos del próximo año, seguían hablando del saborcillo de la carne y le dice Serafín a don Gumersindo que esto es bastante mejor que eso que dicen de las estrellas Michelin a lo que don Gumersindo le contestó que es totalmente diferente aquello son muchos platos con poco cada uno, pero un día te invitaré para que veas que también se come. Efectivamente después de pasar un tiempo y para celebrar algún trabajo de ayuda le dijo: mañana te invito en un restaurante para que veas y degustes esos platos, Serafín y estuvo todo el día sin comer pensado en el mañana, se dirigieron los tres a un restaurante y nada más llegar un camarero con camisa blanca y servilleta sobre el hombro les saludó y les dijo se sienten donde quieran, apenas se habían sentado el camarero les cambió el mantel y las copas, Serafín que nunca se había visto en otra igual quedó perplejo el camarero se plantó ante la mesa y les preguntó ¿Qué vino les pongo? y empezó una retahíla de rioja rivera de Duero y así siguió un momento hasta que don Gumersindo preguntó a Serafín ¿Cuál quieres? Este un poco asustado contestó yo “tinto de verano” a lo que el camarero se quedó un poco sorprendido al igual que don Gumersindo pero el contestó yo es lo que tomo de continuo y si no una Mahou pero hombre pide un vino bueno para este día don Gumersindo pidió un rioja llegando el camarero de nuevo y les dijo los platos que tenían, primero crujiente de setas de invierno con guarnición espárragos con costra de avellana a baja temperatura manos de sacerdote con pimienta negra chuletillas de mandril al ajo arriero lenguas de colibrí con costra italiana ventrisca de tiburón con salsa de avellana tostada pezones de vaca rellenos de langosta crujiente, cuando llegó el primer plato grande pero con poca comida pensó hoy me quedo sin comer, después de degustar un par de platos Serafín dijo a don Gumersindo pero aquí cuando llega la comida seria y contundente como la del Arguiñano, la estrella Michelin es siempre así muchos platos con poco pero bien preparados con buen gusto y siempre con atención a las personas. Al llegar los postres el camarero siguió su retahíla pera glaseada frutos del bosque regados con Armañac y más don Gumersindo dijo a Serafín pide lo que quieras yo dos plátanos el camarero retorció un poco el ceño y preguntó les quiere bañados en crema o con helado solos replicó, así don Gumersindo cumplió su promesa con su amigo al despedirse don Gumersindo dio las gracias y se despidió. Cuando llegaron a casa de nuevo comentando la cosa Serafín le dijo a don Gumersindo le agradezco su invitación pero yo dirán que estoy chapado a la antigua pero cuando como en casa de un amigo y como cualquier plato preparado por persona que sabe de cocina una fabada patatas con carne con pescado o costilla, buen lomo de ese gocho en su grasa en olla y cantidad de platos que preparan aquellas mujeres en su cocina y sin darse un pijo de importancia para mí lo mejor de nuevo gracias por esta invitación pero la próxima vez me invite doña Merche en su cocina a su aire y al calor de la lumbre con el vino de su bodega su café y algo que acompañe yo lo prefiero
EL MOLI
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